En un contexto global marcado por la volatilidad y la necesidad de optimizar operaciones, el nearshoring emerge como una ventana de oportunidad para América Latina. Con la reubicación de procesos productivos hacia países cercanos, las empresas pueden aprovechar ventajas competitivas únicas y fortalecer su presencia en cadenas de valor internacionales. Este movimiento no solo redibuja mapas económicos, sino que redefine modelos de desarrollo regional.
El nearshoring se define como la estrategia de mover la producción o servicios de una compañía a países cercanos, en lugar de destinos remotos. Gracias a la proximidad geográfica y cultural, las organizaciones logran una mejor comunicación, una gestión de proyectos ágil y una reducción significativa de riesgos logísticos. Asimismo, favorece la creación de cadenas de suministro más resilientes, capaces de responder con rapidez ante disrupciones.
Este auge se explica por las crecientes disrupciones en las cadenas globales de suministro, el incremento de costos logísticos en Asia y las tensiones geopolíticas, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Al acercar las operaciones, las empresas buscan mitigar riesgos regulatorios, reducir tiempos de respuesta y adaptarse con flexibilidad a entornos cambiantes.
Los países latinoamericanos se posicionan como destinos preferentes para la inversión, aprovechando incentivos y ventajas comparativas. México recibió más de 35.000 millones de dólares en inversión extranjera directa atribuible al nearshoring en 2024, mientras que el Banco Interamericano de Desarrollo proyecta la llegada de hasta 78.000 millones en nuevas inversiones para toda la región.
Según la CEPAL, el crecimiento económico regional podría alcanzar un 2,4% en 2025, y México podría sostener un promedio anual cercano al 4% durante los próximos 15 años si maximiza esta tendencia. En Brasil, el BID estima un incremento de exportaciones por valor de 7.844 millones de dólares anuales, lo que fortalece aún más el dinamismo de la industria local.
El nearshoring ofrece un conjunto de beneficios que impactan directamente la eficiencia operativa y el desarrollo económico regional. Entre las principales ventajas destacan ahorro de costos, acceso a mercados y talento de calidad.
Aunque el potencial es enorme, no basta con la ubicación. Para maximizar las oportunidades del nearshoring, los países deben fortalecer el clima de negocios y la infraestructura, así como garantizar incentivos adecuados y mano de obra preparada.
Diversos sectores han captado la atención de inversionistas gracias al nearshoring, impulsando el crecimiento y la diversificación industrial de la región.
A medida que avanza esta tendencia, es vital que los gobiernos y empresas adopten medidas estratégicas para consolidar los beneficios del nearshoring. La colaboración público-privada, las reformas legales y la inversión en educación técnica son pilares fundamentales para sostener un crecimiento duradero.
Al implementar políticas de fomento, garantizar colaboración público-privada altamente efectiva y promover el desarrollo de talento, la región podrá consolidarse como un centro de manufactura y servicios, atrayendo nuevas rondas de inversión e impulsando un crecimiento económico sostenido y equilibrado en las próximas décadas.
Referencias