En un mundo cada vez más digitalizado, el sector logístico ha dejado de ser un simple soporte para convertirse en un verdadero motor de competitividad y empleo. Este artículo analiza las cifras clave, las tecnologías disruptivas y las oportunidades que ligan el auge de la logística con el crecimiento imparable del comercio electrónico.
El mercado mundial de e-fulfillment se prepara para registrar un crecimiento del 15,5% en 2025, superando los 600.000 millones de euros, frente a los 521.900 millones de 2024. Estas cifras confirman que la logística para e-commerce no solo ha resistido los ajustes postpandemia, sino que mantiene una demanda sostenida y en constante expansión.
Al mismo tiempo, las ventas globales de comercio electrónico alcanzarán entre 7,4 y 7,5 billones de dólares en 2025, reforzando la idea de que la experiencia de compra online seguirá dominando el comportamiento del consumidor a nivel mundial.
La adopción de tecnología en el sector logístico ha alcanzado niveles sin precedentes. Hoy en día, las empresas invierten en soluciones que optimizan cada etapa de la cadena de suministro, desde la recepción de materias primas hasta la entrega al cliente final.
La convergencia de estas tecnologías no solo acelera los procesos, sino que también mejora la precisión y la sostenibilidad. Por ejemplo, la reducción de kilómetros innecesarios favorece la descongestión urbana y disminuye la huella de carbono.
Más allá de la operación logística, la interacción con el consumidor se enriquece gracias a interfaces impulsadas por IA. Los asistentes virtuales, los sistemas de búsqueda visual y la realidad aumentada permiten que el usuario compruebe productos en tiempo real, lo que contribuye a reducir las tasas de devolución y elevar la conversión de ventas.
Estas herramientas también ofrecen datos valiosos que retroalimentan la cadena de suministro, ajustando la oferta de manera proactiva y personalizada.
En Latinoamérica y otros mercados emergentes, las pequeñas y medianas empresas encuentran en la logística un aliado para expandir su alcance. Sin embargo, deben afrontar retos significativos:
A pesar de estos desafíos, las oportunidades son enormes. El comercio intra-regional en LATAM se fortalece, y las plataformas online facilitan el acceso a mercados internacionales, permitiendo a las pymes diversificar su cartera de clientes y aumentar su facturación.
La logística no solo respalda el e-commerce; también es un motor de crecimiento económico y empleo. En España, el sector representa el 8% del PIB y generó más de 1,1 millones de puestos de trabajo en 2024. Además, las contrataciones vinculadas a transporte y almacenamiento crecerán un 2,8% en 2025.
La creación de empleo y la mejora de la competitividad empresarial contribuyen directamente al desarrollo sostenible y al bienestar de las comunidades.
Para sostener este ritmo de crecimiento, las compañías deben apostar por la optimización de la última milla y la sostenibilidad en cada eslabón de la cadena. La inversión en energías limpias, vehículos eléctricos y rutas inteligentes será clave para equilibrar eficiencia y responsabilidad ambiental.
Asimismo, la colaboración público-privada en proyectos de ciudades inteligentes y la modernización de infraestructuras garantizarán que la logística siga siendo un pilar estratégico en la economía global.
El crecimiento del sector logístico y su profunda digitalización resultan imprescindibles para sostener la expansión del comercio online. La integración de tecnologías como IA, robótica y blockchain no solo mejora la eficiencia, sino que redefine la experiencia del usuario y amplía el horizonte de oportunidades para empresas de todos los tamaños.
En definitiva, la logística emerge como protagonista de la transformación digital y económica de las próximas décadas, consolidando su posición como eje vertebrador del comercio electrónico global.
Referencias